Aurelio Martín: “Gijón necesita un Gobierno que reconecte el Ayuntamiento con la ciudad”


Concejalas y concejales, autoridades, vecinas y vecinos, buenos días a todas y a todos:

Iniciamos hoy una nueva etapa en el Ayuntamiento que pretendemos sea también una nueva etapa en la ciudad; una nueva oportunidad. No es algo que a Izquierda Unida no se nos haya escuchado decir antes: Gijón es una ciudad de izquierdas con una mayoría social y política que debe tener reflejo en el Gobierno municipal. Lo defendimos hace cuatro años, en una sesión plenaria muy similar a esta en cuanto a aritmética, e insistimos a lo largo del mandato en otras dos ocasiones. No pudo ser entonces, pero nuestra posición política sigue siendo la misma hoy: en Gijón existe una mayoría social y política de izquierdas que es plural y que debe consolidarse dentro y fuera del Ayuntamiento. 

Nosotros no nos vamos a poner de perfil ni vamos a caer en la ambigüedad, la suspicacia o la desconfianza. Somos claros porque lo hemos sido siempre: creemos que Gijón necesita un Gobierno que reconecte el Ayuntamiento con la ciudad, un Gobierno diferente al de estos últimos ocho años que hoy sigue siendo igual de necesario que ayer y más posible que nunca.  

Gijón necesita un Gobierno de izquierdas que recupere la identidad y la conciencia colectivas de la ciudad, y que lo haga desde la apuesta por un cambio de modelo que la prepare para la próxima década. La ciudad ha cambiado, y las políticas pensadas y conquistadas en los años 80 y 90 ya no dan respuesta a las necesidades del Gijón de 2019. Los próximos cuatro años deben servirnos para diseñar la ciudad en la que queremos vivir durante las próximas décadas, y estamos convencidos de que acertar en esta tarea dependerá en gran medida de que a partir de esta misma mañana haya una izquierda plural en la ciudad que sea capaz de colaborar y trabajar en común sin que ello implique la renuncia a los diferentes proyectos y sus singularidades. No suma lo que no es diferente. 

La reivindicación de un modelo de ciudad pensado desde la izquierda no niega la necesidad virtuosa de alcanzar los mayores consensos posibles a la hora de abordar elementos estratégicos para el desarrollo económico y social de Gijón. En la suma de voluntades en torno al Plan de Vías, o a los primeros pasos del Área Metropolitana, reside precisamente la fortaleza de dos proyectos que serán definitorios durante los próximos años para nuestra ciudad. También en los ámbitos del sentido común serán obvios y evidentes los consensos, pero en otros creemos que no debemos renunciar a los modelos y a los valores que se construyen desde el espacio político e ideológico de la izquierda: el modelo económico y fiscal, la política de bienestar social o la protección del medio ambiente son elementos claros en los que los consensos serán difíciles cuando no imposibles. 

No se trata hoy de desglosar pormenorizadamente un programa de gobierno. Tampoco de recitar las propuestas programáticas que cada uno de los partidos que hoy estamos aquí representados defendimos en las urnas el pasado 26 de mayo. Pero creo que sí debemos detenernos, aunque sea durante unos pocos minutos, a analizar los retos a los que se enfrentará Gijón los próximos cuatro años y las prioridades que, a nuestro juicio, deberán marcar la agenda política del concejo. 

El mandato que hoy iniciamos deberá suponer, sin duda, un punto de inflexión en la configuración de nuestro modelo productivo. Defender nuestra industria tradicional, que debe ser capaz de modernizar sus procesos productivos, ya no es suficiente, aunque sigue siendo imprescindible. Gijón deberá avanzar durante los próximos cuatro años en el desarrollo de nuevos sectores vinculados a las economías y tecnologías limpias, una estrategia de diversificación y especialización a la que deben ligarse terrenos como los de Naval Gijón o Mina La Camocha, e infraestructuras ya existentes como el Parque Científico y Tecnológico o la Quinta de la Vega. El desarrollo y la consolidación de un nuevo modelo productivo, basado en la innovación y el conocimiento, deberá vincular a través de una colaboración estrecha al Ayuntamiento y sus empresas públicas, a la Universidad y a la empresa privada, y deberá hacerlo tejiendo redes de cooperación con otras administraciones públicas de ámbito autonómico, estatal y europeo. De esta redefinición del modelo productivo de la ciudad, unida a la promoción de sectores clave como el comercio, dependerá no solo que seamos capaces de crear empleo, sino que el empleo que creemos sea de calidad y con derechos. 

Pero nuestro desarrollo económico futuro dependerá también de que se finalicen las grandes infraestructuras pendientes. El Plan de Vías ya antes mencionado, por un lado, que cambiará el modelo de movilidad no solo de Gijón, sino de todo el Área Central de Asturias; y la Variante de Pajares, los accesos a El Musel, la ZALIA y la recuperación de la Autopista del Mar, por otro, que forman parte de una misma estrategia para conectar Asturias y Gijón con las plataformas europeas de intercambio comercial, económico y cultural del Arco Atlántico. 

Los próximos cuatro años deberán ser también los de la sostenibilidad. Gijón deberá avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo que utilice los recursos de una manera eficiente y sostenible, y que preserve y proteja su entorno natural. El desarrollo económico y la creación de empleo no son incompatibles con la protección del medio ambiente. El Ayuntamiento deberá estar vigilante y exigir el cumplimiento estricto de las Autorizaciones Ambientales Integradas a las empresas, que durante los próximos años deberán invertir para modernizar sus procesos productivos y reducir las emisiones. Avanzar en el consumo de energías renovables, mejorar la gestión del agua o el alumbrado, diseñar un modelo de movilidad centrado en el peatón, el transporte público y la bicicleta, y ampliar nuestro arbolado autóctono y nuestras zonas verdes, deberán formar parte de una estrategia global de ciudad verde y sostenible. 

También nuestros servicios públicos deberán adaptarse a los nuevos paradigmas del desarrollo sostenible e incorporar las nuevas tecnologías a su modelo de gestión. Las políticas sociales, culturales y deportivas de las que hoy disfrutamos fueron diseñadas en los años 80 y 90 por la izquierda política y social del momento. La solidez de los planteamientos con los que fueron puestas en marcha ha hecho que hayan llegado hasta nuestros días, pero hoy ya no responden de manera eficaz a las necesidades de las gijonesas y los gijoneses. Durante los próximos años deberemos redefinir las políticas de atención a las personas, integrando las políticas de empleo, de bienestar social y de vivienda, adaptándolas por un lado a una población cada vez más envejecida y por otro a las nuevas formas de precariedad, de manera que el Ayuntamiento se convierta en una herramienta útil y eficaz de redistribución de los recursos y de lucha contra la desigualdad. Deberemos también replantearnos la política cultural, diseñando una nueva estrategia que reinvente los servicios municipales de cultura, con equipamientos y recursos de referencia que trabajen en red, pongan en valor nuestro patrimonio artístico, histórico, industrial y lingüístico, y promuevan la creación artística y cultural. Y deberemos elaborar un nuevo Plan Director de Deporte que modernice y ponga al día nuestros equipamientos deportivos, planifique otros nuevos, y refuerce el apoyo al deporte base. 

Son muchas las políticas públicas que debemos actualizar. Pero si hay algo que tenemos claro es que el Gijón de los próximos años no se construirá si no es desde sus barrios, con la participación de sus vecinas y sus vecinos. Debemos recuperar la política pegada a los distritos, redefiniendo el papel de los Consejos y de los Centros Municipales Integrados, y desarrollando nuevas estrategias de participación ciudadana que involucren a los vecinos en el diseño, la gestión y la evaluación de las políticas municipales. La urgencia en el mantenimiento urbano de algunas calles, plazas y zonas verdes, así como en equipamientos deportivos y colegios, hace necesario un plan de actuaciones prioritarias que debería tener reflejo presupuestario inmediato en el destino que se dé a los remanentes de 2018. 

En definitiva, creemos que Gijón debe avanzar los próximos cuatro años hacia un modelo de ciudad más dinámica, sostenible, abierta e inclusiva. Una ciudad que vuelva a ser solidaria; que recuerde a quienes lucharon por la libertad; y que se construya desde el protagonismo de sus mujeres y de sus jóvenes. Una ciudad feminista que ofrezca a la juventud un futuro por el que merezca la pena quedarse. 

El lunes empieza el cambio. Un cambio que queremos que se haga desde la izquierda y con la gente. Un cambio para iniciar un nuevo ciclo en Gijón del que nosotros queremos formar parte y que queremos compartir con todas las fuerzas políticas de la izquierda. Un nuevo ciclo en el Ayuntamiento que no se quede entre estas cuatro paredes, sino que trascienda a la ciudad y teja complicidades con el tejido social. Un nuevo ciclo para que todo marche.

Para ello mostramos hoy aquí nuestra disposición a acordar un programa mayoritario de la izquierda para los próximos cuatro años, y a participar en su desarrollo y su gestión si así lo consideran conveniente el resto de los actores que esperamos conformaren el bloque del cambio en la ciudad. 

Esta es nuestra hoja de ruta para el mandato que hoy iniciamos, que poco difiere de la defendida durante los últimos cuatro años. El análisis y los objetivos son compartidos con el Partido Socialista, y así han quedado reflejados en la declaración política que ambas organizaciones hemos firmado y con la que esperamos seguir sumando. 

El lunes empieza el cambio. Y hoy damos el primer paso otorgando nuestra confianza y nuestro voto a la investidura de la candidata socialista Ana González como Alcaldesa de Gijón.