Concesión de la Medalla de Plata de la Villa de Gijón/Xixón 2018 a la Fundación por la Acción Social Mar de Niebla

En el año 2004, un grupo de activistas sociales de Gijón, cuya trayectoria estaba ligada hasta entonces al movimiento asociativo juvenil y al barrio de La Calzada, decidió parar y mirar a su alrededor. La realidad que se encontraron no fue muy distinta a la que llevaban viendo desde siempre: una zona de la ciudad, los barrios del Oeste, que se parecían poco al Gijón de la bahía de San Lorenzo. La Calzada, el Natahoyo, El Cerillero, Tremañes, Jove… eran barrios obreros construidos en entornos fabriles y portuarios a los que la reconversión industrial había dejado atrás. Desde aquellos años 80 generaciones de jóvenes gijoneses habían crecido en una zona de la ciudad en la que el contexto socioeconómico y la falta de oportunidades habían sido una constante.
De esa realidad, y del compromiso para transformarla, nació Mar de Niebla, una asociación que en sus primeros años de actividad centró su trabajo en generar oportunidades para jóvenes en el ámbito de la inserción sociolaboral. De aquellos años 2004 y 2005 son el Proyecto Eslabón, pionero en el trabajo de calle con colectivos en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión; el impulso al Centro de Iniciativas Juveniles de La Calzada, donde Mar de Niebla tomó el relevo de la Juventud Obrera Cristiana, la JOCA; o el primer local en la calle Manuel R. Álvarez.
A esos primeros años y a esos primeros proyectos siguieron otros, ya desde el Colegio Maravillas y la calle Cabrilleros. Entre 2006 y 2009, sin abandonar el trabajo de calle, la asociación profundizó en el enfoque socioeducativo y en el acompañamiento como metodología a la hora de trabajar con las jóvenes y los jóvenes del barrio. Para entonces Mar de Niebla ya era un recurso conocido en La Calzada y el Cerillero por su capacidad para generar nuevas oportunidades donde hasta hacía poco no había ninguna.
Es en el año 2010, sin embargo, cuando empieza a dibujarse el proyecto comunitario que hoy conocemos, fruto de una reflexión colectiva, participativa e inclusiva sobre los primeros años de trabajo de la entidad y sobre la realidad que seguían viendo en el entorno en el que se movían. Una reflexión que fue más allá de Mar de Niebla y tejió una red de personas, entidades y recursos que servirían, unos meses después, para sentar las bases de un proyecto de transformación social en una de las zonas más castigadas por el contexto socioeconómico y medioambiental de Gijón, en la que se cronifican las situaciones de vulnerabilidad social y se acentúan las desigualdades respecto a otros barrios de la ciudad.
Hoy, Mar de Niebla desarrolla programas educativos y de ocio y tiempo libre, programas de inserción e inclusión social, y programas de voluntariado y participación, a través de un total de 14 proyectos que tienen un eje vertebrador: construir ciudadanía situando a cada persona en el centro de la acción desde una perspectiva comunitaria que pone el acento en el enfoque de derechos, y que es capaz de generar redes de protección.
Detrás de cada uno de esos 14 proyectos hay un hilo conductor que si seguimos nos lleva a un antiguo portón en el barrio de El Cerillero, en la esquina donde se encuentran las calles Martín y Magallanes, que durante años atravesaron las vecinas y los vecinos del barrio para comprar en el Economato de Ensidesa, y que hoy, tras años de abandono, vuelven a atravesar para construir día a día, desde un protagonismo colectivo y compartido, una comunidad que se llama Mar de Niebla. El Centro Sociocomunitario del número 9 de la calle Martín es hoy la sede de una agencia de colocación; el lugar donde se imparten programas de formación e inserción laboral; el espacio donde niñas y niños del barrio pasan las tardes estudiando, merendando y jugando; el garaje donde un grupo de jóvenes arregla bicicletas; la mediateca donde cualquier vecina o vecino puede acceder a Internet; el local donde un grupo scout se reúne cada fin de semana o donde una vecina del barrio enseña a hacer ganchillo mientras en la sala de al lado una empresa se encuentra con personas que buscan empleo y les explica cómo afrontar un proceso selectivo. También es la sede de una juguetería solidaria, el espacio donde un grupo de niñas y niños tiene la capacidad de decidir de qué color se pinta la puerta de su aula, y el local donde las paredes hablan. Es todo esto y mucho más. En el número 9 de la calle Martín hay un lugar donde todos los días pasan cosas y antes no pasaba nada.
Y eso es también Mar de Niebla: una oportunidad donde antes no había ninguna. Una comunidad de vecinas y vecinos que día a día toman conciencia de su realidad y la de su entorno y se organizan para transformarla desde un espacio amable, alegre e inclusivo en el que quien entra una vez, aunque no lo sepa, lo hace para quedarse. Y esto, en el mundo en el que vivimos, es algo tan extraordinario, que hay que saber reconocerlo, distinguirlo y potenciarlo.
En reconocimiento a todo ello, a sus 30 profesionales, a los más de 65 voluntarios y voluntarias que participan en sus programas cada semana, y a las más de 2.500 personas, desde niñas y niños hasta mayores, que forman parte de un proyecto que contribuye desde los barrios de la zona Oeste a vertebrar y cohesionar socialmente nuestra ciudad, proponemos la concesión de la Medalla de Plata de la Villa de Gijón/Xixón a la Fundación por la Acción Social Mar de Niebla.