El Pleno reprueba a Carlos Rubiera por sus actitudes inapropiadas

- La abstención del PP y el apoyo del PSOE permiten que la reprobación de Carlos Rubiera propuesta por IU salga adelante
El reglamento no recoge esa figura. Pero aún así, en las actas del Pleno municipal quedará ya para la posteridad la reprobación, por mayoría simple, del concejal de Cultura, Educación, Juventud y Festejos, Carlos Rubiera. Se trata del primer reproche de estas características que la Corporación gijonesa aprueba desde la constitución de los ayuntamientos democráticos. Pese a todo, el edil destacó el respaldo que recibió de su grupo y aseguró que no tiene intención alguna de dejar su cargo.
La propuesta partió de Izquierda Unida. Aunque el portavoz de la coalición, Jorge Espina, insistió a lo largo de las últimas semanas en que su iniciativa prentendía ser una crítica general a la labor de Rubiera desde su llegada a la concejalía, el desencadenante fue el cruce de acusaciones que hubo a principios de agosto entre el responsable de Cultura y el propio Espina -con el socialista Justo Vilabrille como tercero en discordia- a raíz del presupuesto del Festival del Arco Atlántico. El portavoz de IU y el concejal del PSOE criticaron un presunto desvío de fondos de otras partidas de la Fundación Municipal de Cultura para financiar la segunda edición del certamen impulsado por Rubiera. El edil de Foro negó esos movimientos, acusó a sus compañeros de Corporación de mentir y replicó llamando a Espina «botarate» y «lenguatero de programa de telebasura» y a Vilabrille «mamporrero de Martínez Argüelles». Las declaraciones le costaron una reprimenda pública de la alcaldesa. «No quiero esos insultos en mi equipo de gobierno», dijo entonces.
Ya en el Pleno de ayer, Espina argumentó citando a Cicerón que «es de humanos equivocarse, pero de locos persistir en el error». En este sentido, criticó que el concejal de Cultura «día sí y día también nos ilustrara este verano en reiteradas apariciones públicas con expresiones como ‘enmierdar’, ‘mamporrero’ o ‘especie de botarate’», todas ellas «dirigidas a representantes políticos de miles de ciudadanos, por el hecho de expresar una opinión». El portavoz de IU admitió que «a todos se nos puede calentar la boca una vez o dos», pero consideró censurable que el edil de Foro repitiera este tipo de expresiones «a lo largo de todo el verano, y en ningún momento enmendó el error».
Con esta argumentación, Jorge Espina pidió al resto de fuerzas la reprobación de Rubiera, una iniciativa para la que encontró apoyo en la bancada del PSOE. Justo Vilabrille aseguró que su grupo estaba a favor de este reproche público «y todos los que le lleguen (a Rubiera), porque se los tiene bien merecidos». El edil socialista recordó que el concejal de Cultura no ha logrado el apoyo del resto de los grupos para aprobar las cuentas del Teatro Jovellanos y aseguró que desde su llegada a este área «el descrédito cultural de Gijón crece de forma exponencial». Con respecto a las expresiones utilizadas por Rubiera después de las críticas de la oposición al presupuesto del Festival del Arcu Atlánticu, Vilabrille destacó que «en anteriores mandatos tuvimos discusiones acaloradas con el PP, pero nunca llegamos a los insultos ni a las descalificaciones», afirmación que fue recibida con risas y gestos de perplejidad entre las filas populares.
«Hechos mucho más graves»
El portavoz del PP, Manuel Pecharromán, coincidió con los otros grupos en su crítica a las declaraciones de Rubiera, pero se mostró contrario al «linchamiento» del concejal. Recordó que el reglamento del Pleno no contempla la figura de la reprobación, y en todo caso consideró que «en estos 30 años ha habido hechos muchísimo más graves y que han perjudicado más al interés ciudadano que el calentón de un concejal». Puso como ejemplo «los gastos a manos llenas en la EMA en cuestiones difíciles de defender» o «las pruebas evidentes de malversación en muchas áreas».
Por parte del partido gobernante el turno de intervención fue utilizado por su jefe de filas, Rafael Felgueroso. El portavoz de Foro argumentó que en las intervenciones de Rubiera «no hubo insultos» y que, en todo caso, «la proyección pública de los concejales mitiga el rigor de los calificativos utilizados, porque estamos sujetos a la crítica de los ciudadanos y del resto de los partidos políticos».
Felgueroso aseguró compartir «la filosofía» del mensaje de Espina, «porque nuestro deber como representantes públicos es guardar las formas adecuadas para realizar un debate respetuoso basado en las ideas». No obstante, instó al portavoz de IU y al resto de partidos a «hacer un ejercicio de autocrítica y autorreprobación», para el que enumeró varias críticas, «que en ocasiones llegaron al insulto personal», recibidas por el equipo de gobierno durante los últimos dos años: «Nos llamaron ‘matones de barrio’ y ‘fascistas’ y dijeron que traíamos ‘un modelo de gilismo semejante al de Marbella de los años 80’, que habíamos instalado en Gijón un ‘matonismo político’ y que teníamos una alcaldesa que ‘bajo formas monjiles escondía un ADN totalitario’. También que un concejal de este gobierno era ‘neuronalmente indigente’».
Rafael Felgueroso incluyó en esa retahíla la intervención del presidente del Principado en la inauguración de la Feria de Muestras, donde en referencia al gobierno de Foro señaló que «el desempleo no se combate haciendo el tenor, ni el payaso, ni el jabalí».
La abstención del PP sirvió para que los 13 concejales de PSOE e IU hicieran valer su mayoría. La alcaldesa, Carmen Moriyón, se mostró «orgullosa» de que el asunto se hubiera podido discutir en el Pleno, pero consideró «un mal asunto para la oposición que tenga que exhibir como un triunfo de estos 32 años la reprobación de un concejal». Recordó que al final del pasado mandato «Paz Fernández Felgueroso les tuvo que llamar a todos al orden porque el espectáculo que daban los concejales de esa Corporación era lamentable» y argumentó que «si pusiéramos un buzón de sugerencias para los ciudadanos, tendríamos todos muchas peticiones de reprobación».
«El éxito de los festejos»
Después del Pleno, tras reunirse durante unos minutos a solas con Moriyón, Carlos Rubiera minimizó el efecto de una reprobación «que no tiene sustento normativo» e hizo suyas las palabras de Pecharromán para hablar de un «linchamiento político» que atribuyó a «la preocupación de la izquierda por el éxito de los festejos del verano».
Rubiera, quien el jueves insinuó que no optará a formar parte de las listas de Foro en 2015, descartó la opción de dimitir ahora. «Seguiré cumpliendo mi compromiso, salvo que me lo pida quien me nombró», señaló. En su voluntad, destacó, prima «la vocación de servicio, no perpetuarme en el cargo».
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