E. Garzón: “El pleno empleo es posible, incluso en sociedades capitalistas como esta”
La Nueva España 13/03/15 – Pablo Tuñón
Eduardo Garzón Espinosa, economista de ATTAC y asesor de Izquierda Unida
- “La experiencia de Syriza está siendo muy positiva; propusieron metas muy ambiciosas, pero era una estrategia para negociar en Europa”
Más allá del parecido físico, Eduardo Garzón Espinosa (Logroño, 1988) comparte con su hermano Alberto, candidato a presidente nacional por IU, un discurso apasionado por la economía, disciplina en la que son licenciados. Eduardo Garzón forma parte de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) y es asesor de IU. Ayer estuvo en el centro municipal de El Coto, invitado por IU-Xixón, donde explicó una de las grandes propuestas de la coalición: el trabajo garantizado, que establece que el Estado tiene que proporcionar un trabajo remunerado a cualquier persona que no haya podido encontrar empleo en el sector privado o en el sector público tradicional y que esté preparada y dispuesta.
-Su propuesta busca el pleno empleo, algo que parece lejano. ¿Es posible?
-Es posible incluso en sociedades capitalistas como en las que vivimos. Desde hace unos treinta años ninguna economía capitalista ha conseguido siquiera acercarse al pleno empleo. Y, sin embargo, un economista, que se hizo bastante popular por haber previsto la crisis financiera del 2008 (Hyman Minsky), contempló una solución en primera instancia, dentro del corsé que supone el sistema capitalista. Viene a decir que se puede conseguir el pleno empleo reconociendo, primero, que el sector privado nunca va a conseguirlo porque hay recursos ociosos que no va a saber poner en funcionamiento de forma rentable. Por tanto, siempre va a dejar personas desocupadas.
-A algunos le parecerá utópica su postura. ¿Puede el Estado soportar la carga de tantos trabajadores?
-El Estado podría soportar todos los trabajadores que quisiera, incluso el 100% de los mismos. Lo que ocurre es que ya no sería una economía capitalista y funcionaría en base a otros elementos que habría que valorar. En el punto en el que estamos actualmente, eso no es lo más conveniente a corto plazo. Pero sí estamos seguros de que se puede incrementar la plantilla con empleados públicos que realicen trabajos muy necesarios para nuestra sociedad, Y los vecinos decidirían qué actividades son necesarias y no están lo suficientemente cubiertas. Lo que es absurdo es que haya cinco millones y medio de desempleados mientras hay tanto trabajo por hacer, porque hay que mejorar un montón de prestaciones públicas e incluso crear actividades que vayan en beneficio ecológico, algo abandonado y, más allá, remunerar, dignificar y visibilizar un trabajo que ya se realiza, el de los cuidados, a cargo, mayoritariamente, de mujeres.
-El Estado se gastaría mucho más en salarios. ¿Habría que subir impuestos?
-Los defensores de esta propuesta hablan de que no sería necesario. Pero viven en economías con emisión monetaria propia y pueden emitir todo el dinero que quieran. Y si emites moneda puedas comprar lo que quieras. Y algo que está en venta es fuerza de trabajo. Desde ese punto de vista no haría falta una reforma fiscal.
-No es el caso de España.
-En la economía española no tenemos moneda propia y el Banco Central Europeo no nos da el respaldo suficiente porque funciona con una ideología en la que es una aberración crear dinero para generar puestos de trabajo público. Afortunadamente todavía tenemos margen de maniobra. Y tenemos la posibilidad de recaudar impuestos que hoy en día no se recaudan, a pesar de que en la ley viene recogido. Estamos hablando de un fraude fiscal que llega hasta el 23% del PIB y que en su 73% es cometido por las grandes empresas y fortunas. Y eso se podría sumar a otras reformas fiscales, como el aumento del tipo impositivo de la renta del capital o la creación de impuestos a transferencias financieras. Los técnicos de Hacienda consideran que se puede recaudar cada año en tomo a un 6,3% del PIB.
-Ponga cifras a su propuesta, por favor.
-Hemos hecho una estimación, aunque es complicado, del coste de poner en marcha el trabajo garantizado, incluso incluyendo a los 5,5 millones de parados que hay. La remuneración para los empleados de trabajo garantizado oscilaría entre 900 y 1.200 euros brutos. Hay que sumar el gasto de material, equipo y gestión. Y tener en cuenta las nuevas cotizaciones sociales que serían recaudadas y otra serie de ahorros, porque cuando inyectas dinero en la economía una parte acaba volviendo a través de las figuras impositivas que existen. Además se dejarían de pagar subsidios y ayudas por desempleo. Teniendo en cuenta eso, el coste neto del trabajo garantizado para tantas personas no llegaría ni al 3% del PIB.
-¿Y ése es el objetivo de IU?
-El objetivo no es que esos 5,5 millones de personas tengan puestos de trabajo garantizado, sino que su implementación gradual dé un impulso a la economía. Los trabajadores garantizados van a tener dinero para consumir y generarán economía. En la propuesta, recogemos que en un año se crearían un millón de puestos de trabajo garantizado y estimamos que se generarían entre 200.000 y 300.000 en el sector privado. No es la forma ideal o deseable, pero es una manera de enfrentarnos a la emergencia social que estamos viviendo.
-¿Cómo valora las medidas económicas que plantea Podemos?
-Se ha debatido mucho sobre las propuestas que hicieron para las elecciones europeas, que luego no han tenido nada que ver con las que propusieron de la mano de dos economistas que, hoy día, ya no quieren saber nada de Podemos. Por lo tanto no hay nada sólido y fehaciente sobre lo que opinar.
-¿Y cómo valora a Syriza en Grecia, que también ha variado su postura?
-De forma muy positiva. Es verdad que se propusieron una serie de metas muy ambiciosas, pero fue una estrategia para poder negociar. Proponen mucho, muy extremo, y en la negociación se quedan en un término intermedio. Y esto, teniendo en cuenta que Grecia es una economía que no supone ni el 2% de la Eurozona y está enfrentada a la élite económica y política europea, es todo un logro. Sería ingenuo pensar que el gobierno de Syriza iba a plantar cara de forma tan bestia. Creo que están ganando tiempo, esperando que lo que pasó en Grecia ocurra en otros países y la sociedad civil se dé cuenta de que hay otra forma de organizar la economía.
-¿Pueden lastrar a IU sus disputas internas?
-Pueden afectar. Pero tampoco debemos alarmarnos porque en toda organización hay rencillas internas y esto es el reflejo de que hay libertad para opinar dentro de la coalición y no estamos en el otro extremo, el del PP, donde no es posible.
-¿Cómo ve a Alberto (su hermano) para las elecciones?
-Como un candidato idóneo. Es el símbolo del interior de IU que representa el cambio. Una Izquierda Unida que tome todas las virtudes que tiene una organización con tanto tiempo, tanta lucha social, con tanta organización; y, al mismo tiempo, un aire de juventud, modernidad, que le permita afrontar los problemas desde un punto de vista más cercano y actual. Contando, además, con la formación económica que tiene, Alberto Garzón es el candidato que hoy necesita IU porque hoy la gente valora lo nuevo frente a lo viejo, donde está el PSOE y el PP. IU tiene que coger lo mejor de lo viejo y lo mejor de lo nuevo.
-En su familia se estará viviendo la carrera electoral con gran intensidad.
-Sí, yo de hecho vivo con mi hermano y vivo todo en primera línea. Sobre todo ahora, con las andaluzas, que es el primer campo de batalla electoral. Esperemos que Antonio Maíllo obtenga buenos resultados porque está en la onda que representa Alberto Garzón.
-¿Sigue compartiendo ese coche ‘lleno de bollos” con su hermano?
-Sí compartimos vehículo, lo que pasa que ya no tenemos ese coche porque nuestro padre se ha comprado otro y el suyo ha pasado para nosotros. Aunque es incluso más antiguo que el anterior, no tiene bollos (risas).
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