El Comercio 26/02/14
Artículo de opinión – Jorge Espina Díaz, Portavoz Municipal de IU-LV

Hace 18 años, en estos días fríos de finales de febrero, Horacio Fernández Inguanzo, El Paisano, desaparecía físicamente. Todo un símbolo que se pasó largos años entre la cárcel, el exilio y la clandestinidad, organizando desde las filas del PCE la resistencia contra la infame dictadura que se imponía sobre nuestro pueblo. Un hombre cabal y honrado cuyo mejor legado a las generaciones que continuamos en la lucha política es la apuesta, desde sus firmes convicciones comunistas, por la unidad de toda la izquierda en un proyecto amplio que represente a la mayoría social.

Hoy, en vísperas de unas elecciones europeas transcendentales, esa lección debería ser tenida más en cuenta que nunca. Porque debemos tener claro que el fortalecimiento de la izquierda exige, como condición imprescindible, la articulación de su propia diversidad en una única plataforma política de ámbito estatal, sin perjuicio de la autonomía de cada uno de sus componentes.

El nacimiento de IU se inspiró en esa voluntad. IU es el proyecto unitario que encarnó el compromiso de aquel viejo PCE de Horacio y muchos otros hombres y mujeres más; un compromiso estratégico que se puso en marcha unitariamente con otras organizaciones políticas y sociales para permitir la síntesis programática y política que articulara la convergencia de la izquierda.

Hoy los tiempos son otros. Pero la necesidad la misma. Desde Izquierda Unida, pieza imprescindible de tal alternativa, reconocemos – también en Xixón- que somos a la vez insuficientes para convertirnos en su referente exclusivo. Por eso queremos y debemos abrirnos a otros movimientos de la izquierda. Es tiempo de convergencias. Pero que nadie se equivoque. Nosotros solos no podemos. Pero sin nosotros, o peor, aún contra nosotros, es imposible.

Por eso, las próximas elecciones europeas pueden ser un buen punto de arranque al proceso para la creación de un Bloque Político y Social de izquierdas, donde es imprescindible vincular a los distintos sectores y movimientos sociales, también y especialmente al movimiento obrero y particularmente a CC.OO (el mayor sindicato del Estado y también de nuestra ciudad),  a las distintas fuerzas políticas y a personalidades del mundo de la cultura, la ciencia o el arte, para construir entre todos y todas una Alternativa a las políticas y los políticos que trabajan al dictado de la Troika comunitaria imponiendo recortes de derechos sociales y laborales y pérdidas de libertades al conjunto de la ciudadanía.

Esa convergencia de toda la izquierda es el mejor homenaje que podemos rendirle a Horacio. Porque sería una señal de que hemos aprendido la mejor de sus lecciones. La de la Unidad. Hoy en Europa, mañana en Xixón.