Javier Suárez Llana «Atrincherarse en la Alcaldía con una mayoría ficticia no es política, es politiqueo»
Gabriel Cuesta 15·10·23 | La Nueva España
Javier Suárez Llana (Castrillón, 1989) acusa al gobierno local de dar “un golpe institucional” que altera los resultados electorales al querer apoyarse en el concejal Oliver Suárez, recién salido de Vox, para mantener la mayoría absoluta. “Me sorprende la actitud que está tomando Moriyón”, dice el portavoz municipal de IU-Más País-IAS.
–El tablero político ha dado un vuelco.
–Parece que era un guion escrito. Pasamos de tener un gobierno con la ultraderecha dentro a un gobierno en minoría de derechas apoyado en un tránsfuga que sigue siendo tan de ultraderecha como cuando tenía el carné de Vox. Se traspasan todos los límites éticos y que dañan la institución democrática, que es el Ayuntamiento. El transfuguismo es una forma de corrupción política.
–Foro defiende que no lo es porque no van a mejorar sus condiciones.
–Mezclan dos cosas completamente diferentes. La definición a la que hacen mención es la de concejal no adscrito, no de tránsfuga. El transfuguismo es otra cosa. Habrá que ver si Suárez continúa al frente de Divertia. En principio, Sara Álvarez Rouco anunció su revocación como consejero… Y lo que dicen los estatutos de Divertia es que para ser presidente no solo sirve con ser concejal, hay que ser también consejero.
–Pero el gobierno va a reestructurar los organismos municipales.
–Eso lo pueden hacer siempre y cuando tengan una mayoría en el Pleno. Y esa mayoría solo la pueden conseguir con el apoyo de Suárez. De eso es de lo que estamos hablando. El gobierno con la Alcaldesa al frente va a dar un golpe institucional que lo que hace es desvirtuar los resultados electorales. A Oliver Suárez no lo votó nadie por ser Oliver Suárez, lo votaron por su candidatura dentro de Vox. Si tiene desavenencias, que entregue el acta. Eso es lo ético.
–¿Por qué es tan crítico con la trayectoria de Suárez como empresario?
–Lo que hemos conocido de su etapa en el sector privado es preocupante. Varios proyectos que no llegaron a buen término y dejaron a trabajadores en la calle, deudas en la lista de morosos que, al parecer, no han sido pagadas… Demuestra que no tiene capacidad de gestión, eso de lo que Foro siempre hace gala. También nos preocupa el nombramiento de la gerente de Emvisa, que viene de gestionar Vipasa con una política de desahucios.
–Pumariega reprochó a la izquierda no haber tenido la misma actitud con Alberto López–Asenjo en el pasado mandato.
–Eso es falso. Fue un tránsfuga, pero el gobierno de entonces no se apoyó en él para nada. Una cosa es la realidad y otra la ficción que ahora ella nos quiere dibujar. El Partido Popular tiene que dejar de vendernos que es un invitado a la junta de gobierno, porque forma parte de ella. Las decisiones de la Alcaldía también son del Partido Popular.
–Las izquierdas han forzado un Pleno extraordinario. ¿Para qué servirá?
–La Alcaldesa lleva semana y media rehuyendo explicaciones. Queremos hacer una llamada a restablecer la normalidad democrática en el Ayuntamiento. Los últimos tres gobiernos de la ciudad fueron en minoría y no pasó nada. Por ejemplo, se aprobó el PGO de 2019. Y eso no afectó a la gobernabilidad. Moriyón no tenía en los otros dos mandatos complejos para el diálogo y llegar a acuerdos. Me sorprende la actitud que está tomando en este proceso, porque demuestra lo contrario.
–¿Desde IU hay esa intención de diálogo?
–Para nosotros, el diálogo no es nunca una línea roja. Nuestro escollo es claro: Vox y la ultraderecha. En temas concretos, si coinciden con nuestros planteamientos y son buenos para Gijón, no vamos a tener ningún problema en apoyar a otros partidos. Eso es política. Lo que no es política es atrincherarse en la Alcaldía con una mayoría ficticia, utilizando para ello a un tránsfuga. Eso no es política, eso es politiqueo.
–Por ejemplo, ordenanzas fiscales. ¿Las apoyarán?
–No puede ser que nos cuesten más los servicios públicos, pero los ingresos que tenemos para financiarlos no suban, porque entonces ahí se da un desfase. Moriyón dejó en 2019 un ahorro neto cercano a cero. Y eso pone en una situación de inestabilidad los servicios públicos municipales. Es nuestra línea roja. Además, creemos que hay otros instrumentos de política fiscal como la tasa Amazon para proteger al comercio local de proximidad, el recargo en el IBI por las viviendas vacías o grabar actividades desregularizadas, como son las viviendas de sucio turístico.
–¿Se han sentido solos en IU haciendo oposición estos meses?
–No compartimos que al gobierno municipal, por ser nuevo, haya que darle cien días de vacaciones, más cuando se han dedicado a echar abajo todas las políticas del gobierno anterior. Con lo cual nosotros hemos hecho oposición desde el minuto uno. Hay otros partidos que optaron por otra estrategia.
–Definió en varias ocasiones este mandado como el de los coches, las misas y los toros. ¿Añade ahora algo más?
–Sí. Tránsfugas.
–Algo habrá hecho bien este gobierno…
–Sí, claro. Valoramos los avances para el desarrollo de Naval Gijón. La Alcaldesa ha conseguido que el presidente de la Autoridad Portuaria se sienta a negociar y con una actitud bastante colaborativa. También con el “solarón”. En una semana, pasamos de una oposición feroz del PSOE a un consenso en la Junta, con una enmienda con la que contribuyó de manera definitiva Izquierda Unida, porque la posición original del PSOE era votar que no. Hay otros avances, en cambio, que no compartimos, como el plan de usos de Tabacalera.
–¿Marcarán también posición en la Junta por la pirólisis?
–El acuerdo de gobierno que se firmó con la Federación Socialista Asturiana hace referencia a todo lo que tiene que ver con la gestión de residuos, que es lo que está detrás de la planta de pirólisis en El Musel. Nuestra posición en el Principado y en Gijón es la misma.
–Adiós al “cascayu”, la ordenanza de Movilidad… ¿Qué queda de las políticas de IU?
–Creo que retroceden. Pasamos de hablar de movilidad sostenible a otra vez de coches y de tráfico. No tenemos un concejal de movilidad, tenemos un concejal de coches. Y hubiese sido peor si no hubiera 37 millones de euros de fondos europeos que tienen que ejecutar sí o sí. Estamos ante una desregulación absoluta de la movilidad en la ciudad y se renuncia a un Plan de Movilidad que se aprobó con un amplio consenso social. No obstante, sí creo que en Gijón va a haber políticas de movilidad sostenible durante este mandato. No desde Tráfico, sino a través del concejal de Infraestructuras, Gilberto Villoria, que ya anunció la creación de un carril bici segregado en Poniente y de un entorno escolar seguro en El Llano.
–¿No les faltó saber transmitir ese mensaje cuando gobernaron?
–Uno de los elementos fundamentales en la campaña fue la movilidad. Izquierda Unida mejoró sus resultados y subió un concejal. Cuando cambias hábitos, hay resistencias. A la vez, la derecha política y social contribuyó a generar crispación, con el único objetivo de tener rédito político en las elecciones. Ya no mantienen meter las excavadoras en la avenida del Molinón o que la ecomanzana de La Calzada es una mala idea. ¿Por qué? Porque han llegado las valoraciones positivas de comerciantes y vecinos. Lo que pasa es que se necesita tiempo para evaluarlas. Quizás fue lo que faltó en el mandato pasado. Cuando la reforma de Pablo Iglesias o los carriles bus tengan rodaje, también va a verse que contribuyen.
–¿Cree que el Muro seguirá igual que ahora cuando acabe el mandato?
–Sin duda. Moriyón ya habla de que no es una prioridad para el mandato. Ahora dicen de hacer un estudio de viabilidad. ¿Hicieron esta propuesta estrella para la campaña sin saber si era viable? Entonces, engañaron a los gijoneses.
– La renaturalización del Piles está cerca de licitarse. ¿Le sorprende?
–El enredo que han tenido el gobierno municipal con el Grupo Covadonga es difícilmente comprensible. El río Piles es un bien público y el anillo navegable es una instalación del Patronato Deportivo Municipal, no de una entidad privada. Estamos ante un debate de si debe prevalecer un interés privado por un interés público. Y nosotros creemos que ese debate socialmente está ganado. Con lo cual, lo que hace el presidente del Grupo es demostrar que el problema no era con el gobierno anterior, ni con Izquierda Unida, porque ahora mantiene exactamente las mismas posiciones y además la misma dureza. No solo no retira los recursos, sino que ha presentado uno nuevo. Pretende doblegar al Ayuntamiento de Gijón desde un club privado.
–¿Usted cree que dialogaron lo suficiente con el Grupo?
–Se evaluó, entre otras alternativas, la propuesta de azudes hinchables del Grupo Covadonga. Lo introdujimos en la evaluación, con lo cual no es cierto. El informe decía que no podía asegurar que no supusiera un impacto negativo en el río.
–¿Qué le parece la intención de ampliar de la Semana Grande?
–Es algo a estudiar, depende de lo que quieran los propios gijoneses. En cualquier caso, el turismo no puede ser el motor económico de la ciudad. Nos preocupa ese discurso de Ángela Pumariega. Gijón tiene que seguir siendo industrial, pero a través de los nuevos espacios productivos limpios, como la inversión para Arcelor o los polos tecnológicos como el Parque Tecnológico, el vivero de La Camocha o Naval Gijón. El turismo tiene que contribuir al desarrollo económico de la ciudad, pero de una manera sostenible. Y la programación cultural no puede hacerse única y exclusivamente en base a captar visitantes. No debe verse como una herramienta de promoción turística.
–Hablando de programación. El Bibio volvió a abrir sus puertas a pesar de los informes técnicos en su mandato. ¿Eran erróneos?
–En base a informes técnicos municipales y de empresas externas se tomó la decisión de cerrar y reformar la plaza. La reapertura para recuperar la tortura animal se hizo sin ningún informe favorable. Con lo cual, no sabemos cuál es el estado de la plaza. Fue una decisión arbitraria tomada por la Alcaldía y por el área de Festejos.
–¿Cuándo convocará primarias IU para elegir a su líder local?
–Va a haber un proceso de renovación de los órganos de dirección a nivel federal. Gijón estará dentro de ese proceso, antes o después, no será algo singularizado.
–¿Se presentará?
–Estoy completamente centrado en el Ayuntamiento.