• IU critica la falta de participación y la confusión de términos en el proyecto municipal

El Plan Municipal de Adicciones de Gijón no convence en muchos sectores, porque “no se ha llevado a cabo un proceso de participación real” y porque “se mezclan muchos conceptos que no deberían juntarse”. A todo ello se suma que el documento, a pesar de su extensión, “no indica acciones concretas, sino que se trata de un trabajo descriptivo”, y que “falta lo fundamental, un presupuesto para desarrollar la intervención”. Por eso, Izquierda Unida de Gijón organizó ayer una sesión de trabajo con representantes de varios colectivos para tratar de establecer puntos clave de actuación, antes de incorporarlos al plan como aportaciones complementarias.

En la reunión participaron Faustino Sabio, presidente de la Confederación Asturiana de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Coapa), Pablo Yáñez, presidente de Abierto Hasta el Amanecer, Javier Suárez Llana, del Conseyu de la Mocedá, Juan Ramón Santos, director técnico de Proyecto Hombre y Miguel Ángel Fernández, presidente de la Asociación de Familiares y Enfermos Alcohólicos Rehabilitados “La Santina” (Asfear), junto con Libertad González y Jorge Espina, de IU. Todos ellos coincidieron en “la poca participación y la poca concreción del trabajo”, puesto que, “para empezar, el documento aprobado por la Fundación Municipal de Servicios Sociales ni siquiera se ha hecho llegar a las asociaciones invitadas a participar en la redacción”, criticó Pablo Yáñez. Al escaso margen de enriquecimiento del proyecto que se ha dejado a los colectivos se añade que “es un plan más asistencial que preventivo, y lo más importante, el plan de trabajo, no se conoce”, añadió el representante de Abierto, quien instó al equipo de gobierno a “que expliquen cómo se va a llevar adelante ahora el plan”.

Especialmente crítico fue el presidente de las asociaciones de padres, Faustino Sabio, quien exigió al gobierno municipal “que se cuente con los activos del municipio y se nos planteen retos”, en un contexto en el que “las adicciones siguen creciendo y se van modificando”. En esta línea citó “las nuevas adicciones a la tecnología, al whatsapp, a las redes sociales, que son muy preocupantes”. Además, Sabio criticó duramente que el Ayuntamiento no contara con los padres para la redacción del plan “cuando las familias son fundamentales”, y reclamó “más que papel, compromisos y acciones con dotación económica”.

Para el Conseyu de Mocedá, “un documento que nace sin presupuesto es papel mojado”, en el que “se sigue el modelo del Gijón solidario” y en el que “la Fundación Municipal de Servicios Sociales va a seguir haciendo lo que hace, sin aportar acciones nuevas”. Del mismo modo, Javier Suárez Llana criticó que “se confunda el uso con el abuso de sustancias para criminalizar a la juventud”.

Precisamente la confusión entre drogas y adicciones fue uno de los principales puntos que criticaron los asistentes al encuentro, porque “las adicciones son otras cosas que deberían abordarse de otra manera”, puntualizó el representante de Proyecto Hombre antes de aclarar que “el borrador del plan no fue elaborado por nuestra entidad; el documento que se colgó en Internet contiene varias modificaciones que fueron hechas por el Ayuntamiento”. En el mismo sentido se expresó Libertad González, quien puso de relieve la necesidad de contar con un plan específico para las adicciones “pero separando cosas tan diferentes como las sustancias químicas y la ludopatía, la anorexia o la adicción a las redes sociales.

Miguel Ángel Fernández, de Asfear, criticó por su parte que “en la elaboración del plan quepa todo el mundo, cuando se debería haber contado con personas con capacidad y conocimientos”, subrayó. También exigió “medidas concretas”, para “ver cómo se hace la prevención, con qué medios y dónde, y de qué manera se logra la implicación de los padres”.