Un plan del aire continuista e insuficiente

  • Gijón está ante uno de sus grandes retos, el de mejorar la calidad ambiental

Uno de los grandes retos que tiene hoy Gijón es el de mejorar la calidad del aire en el concejo, reduciendo los niveles de contaminación atmosférica que afectan de manera especial a los barrios y parroquias de la zona Oeste. Este era el objetivo esencial del Plan de Mejora de la Calidad del Aire en la aglomeración de Gijón, que tuvo que aprobar el Gobierno de Asturias en agosto de 2014 como consecuencia de la superación continuada de varios de los valores límite establecidos por la normativa vigente. El Plan contenía 22 medidas que, tres años después, y por la vía de los hechos, el Ejecutivo autonómico ha reconocido insuficientes aunque eficaces. Nosotros coincidimos en la primera valoración pero discrepamos en la segunda: las medidas aprobadas en 2014 han resultado insuficientes y también ineficaces.

El pasado 9 de agosto, el Consejo de Gobierno aprobó el documento de revisión del Plan incorporando 17 nuevas medidas, que realmente suenan a viejas en la mayoría de los casos,  y que serán financiadas con un presupuesto de 6,6 millones de euros, de los cuales el Gobierno de Asturias aportará poco más de 250.000 euros. La actualización del Plan contempla avances tangibles tan escasos que se pueden resumir en dos: la atención a la presencia de partículas sedimentables y el nuevo sistema de videovigilancia. El resto de medidas no aportan ningún avance o su redacción se sitúa entre una tímida y calculada declaración de intenciones y la más absoluta falta de concreción. Estamos ante un nuevo catálogo de medidas que vuelven a pecar de insuficientes e ineficaces.

Gijón no verá reforzada con este plan la red pública de medición a pesar de las desconfianzas que suscitan sus ubicaciones y repetidos “fuera de servicio”. Tampoco se destinarán nuevos recursos a la vigilancia ambiental, a pesar de haberse demostrado insuficientes, en especial en materia de personal cualificado. Y las medidas de información ciudadana seguirán sin contemplar un protocolo de información pública en caso de incidentes de contaminación.

Sin embargo, los dos grandes déficits del plan, y donde se demuestra la falta de ambición del Gobierno de Asturias para plantear alternativas eficaces que reduzcan la contaminación atmosférica en Gijón, son la ausencia de medidas dirigidas a la reducción de emisiones de la industria y la falta de propuestas eficaces para controlar la dispersión de partículas minerales derivadas del manejo de graneles. En relación a las emisiones de la industria, el plan tan solo apunta a una revisión de las Autorizaciones Ambientales Integradas de tres empresas para adecuar los límites de emisiones a lo establecido por la normativa europea. Y las actuaciones planteadas sobre el manejo de graneles pueden resumirse, en definitiva, en riego y asfalto.

En Izquierda Unida creemos que el plan debe incidir en estos puntos. La reducción de los niveles de contaminación en Gijón pasa necesariamente por abordar un pacto con la industria que incorpore en las Autorizaciones Ambientales Integradas mayores restricciones y nuevas obligaciones. Se trata, en esencia, de poner en marcha políticas de cooperación con la industria que permitan desarrollar planes de inversión ambiciosos, con objetivos claramente definidos y calendarizados, y cuyo coste resulte asumible para las empresas de manera que se alejen los fantasmas de la deslocalización. La prioridad debe ser la de reducir las emisiones, modernizando los espacios para los procesos de producción, mejorando los sistemas de filtrado y depuración, y cubriendo progresivamente las instalaciones para el manejo de graneles, en especial las cercanas a la población, y de manera prioritaria en las fases de carga y descarga, como ya hacen los puertos de A Coruña y Santander, y como aprobó la JGPA a través de una proposición no de ley registrada por IU en el último período de sesiones.

Nuestro objetivo es claro: queremos un plan para la mejora de la calidad del aire con la industria y no contra la industria, y tampoco de espaldas a ella. Y junto a este cambio de orientación, que debe ir acompañado de avances en otras materias como la movilidad o la pendiente Ley de Sostenibilidad y Protección Ambiental, creemos que Gijón debe asumir un papel de coparticipación en la gestión de las medidas que se adopten. Nuestro Ayuntamiento dispone de una infraestructura y unos medios, como la unidad móvil de vigilancia ambiental o la Unidad Ambiental de la Policía Local, que pueden contribuir a una gestión más eficaz mediante mecanismos de cooperación con el Gobierno de Asturias. No es momento de continuismo, sino de dar un paso adelante con medidas e instrumentos que permitan dar respuesta a un problema en el que nos jugamos mucho.