Xixón no se puede permitir cuatro años de prórroga presupuestaria
AURELIO MARTÍN´ | El próximo martes, 27 de diciembre, el Ayuntamiento dará por concluidas sus sesiones plenarias de este año dedicando la última a aprobar, o no, el Presupuesto General para 2017. Esa es al menos la lectura que podría uno hacerse si no renuncia a los análisis cortoplacistas. Pero lo cierto es que la decisión que tomará la Corporación la próxima semana determinará los dos años que quedan de legislatura: si Gijón no cuenta con Presupuesto en 2017 muy probablemente no lo hará en 2018 y mucho menos en 2019, cuando la cercanía de unas nuevas elecciones dificulte los acuerdos en un escenario en el que los partidos tienden a marcar un mayor perfil. Parece evidente que un no al Presupuesto el próximo 27 de diciembre condenará a Gijón a cuatro largos años de prórroga presupuestaria.
Desde Izquierda Unida siempre hemos defendido la necesidad de que Xixón cuente con un Gobierno compartido de la izquierda que sea capaz de impulsar un nuevo modelo de ciudad. Sin embargo, el fracaso de esta alianza no pueden pagarlo las ciudadanas y los ciudadanos: ni los gijoneses ni la política que Gijón necesita en relación al empleo, a los servicios sociales, a la inversión ligada a los presupuestos participativos, a los acuerdos de concertación, al 0,7% en cooperación internacional, a la recuperación de la memoria democrática… pueden ser rehenes de la incapacidad de los partidos de la izquierda para ponerse de acuerdo. Una nueva prórroga presupuestaria supondría un año más de ajuste en el que Gijón contaría con menos recursos para desarrollar estas políticas y en el que la lucha contra la pobreza y la exclusión social volvería a quedar en el banquillo.
Es precisamente en este punto en el que Izquierda Unida hemos situado el centro de nuestra propuesta política para el Presupuesto de 2017 porque queremos que Gijón sea una ciudad referente en políticas sociales y solidarias. Por eso los recursos destinados a políticas sociales superan los 24 millones de euros (un 41,67% más respecto al último Presupuesto), de los cuales 7,7 están destinados al “Plan de Emergencia Social. Renta Social” que hemos diseñado junto a Xixón Sí Puede para que ningún gijonés viva con menos de 532,51 euros al mes. Una propuesta ambiciosa pero posible que busca cubrir las necesidades básicas, no es incompatible con los programas de inserción laboral y en modo alguno favorece la cronificación de las situaciones de vulnerabilidad social.
Parece evidente que el Proyecto de Presupuesto para 2017 no es el mismo que el presentado por Foro para 2016. Y es en este marco, el de la política concreta y el de los que no nos instalamos en el no por el no y en el en cuanto peor, mejor, en el que Izquierda Unida hemos decidido en nuestra Asamblea Local facilitar la aprobación del Presupuesto a través de una abstención. Quizá llegados a este punto del artículo cabría preguntarse por qué no un sí. La abstención la explican dos elementos fundamentales: el margen de mejora del Presupuesto y la desconfianza política sobre la capacidad de quien lo tiene que gestionar.
La abstención de Izquierda Unida el próximo martes, en definitiva, será una consecuencia directa de la imposibilidad de la izquierda, que lamentamos, para articular un Gobierno de cambio en Gijón. La falta de acuerdo, que no nos toca a nosotros explicar, no va a instalar nuestra acción política en la melancolía: IU tenemos propuestas políticas para el concejo y no vamos a renunciar a tener incidencia para desarrollarlas. Si Xixón no va a tener un Gobierno de izquierdas en 2017, queremos que al menos tenga un instrumento útil que sirva para dar respuesta a las necesidades de las personas y de la ciudad, aunque dotar a las cuentas municipales de esa utilidad dependerá en última instancia del Gobierno Local. En cualquier caso, en IU seguiremos reivindicando altura de miras.
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